Proteger el planeta para las generaciones futuras no significa renunciar a nuestras vidas o abandonar las actividades diarias. Al adoptar hábitos sencillos y de sentido común, cada uno de nosotros puede ahorrar energía, disminuir la contaminación que afecta la temperatura de la Tierra, y conservar nuestros recursos naturales limitados.
Desde 1970, personas de todo el mundo ha unido esfuerzos en el Día de la Tierra para cuidar el medio ambiente y contruir un mañana más saludable para ellos y sus familias.
Nuestra participación es muy importante y debemos tomar medidad, iluminar nuestras casas y conducir nuestros autos emites gases al aire que hacen que la Tierra se convierta en un gran invernadero y aumenten las temperaturas.
Este calentamiento provoca cambios profundos y perturbadores en el planeta. Si no tomamos acciones para abatirlo, nuestros hijos y las siguientes generaciones tendrán que vivir en un lugar muy diferente al que conocemos.
El reto es muy grande y puede parecer abrumador. Pero cuando muchas personas hacen perqueños esfuerzos, estos se suman para generar un cambio postivio a gran escala. Lo principal es empezar por elegir productos y servicios sustentables.